Leo atónito los editoriales de hoy de los principales periódicos catalanes. Y no puedo dejar de preguntarme: ¿Dónde estabais, queridos, los últimos 5 años?
Las pruebas. Editorial de hoy de El Periódico. No en nuestro nombre, se titula. Y dice cosas como:
«Pero Catalunya es mucho más plural y diversa de lo que el discurso nacionalista quiere hacer creer. De consumarse hoy la declaración de independencia, será la culminación de una irresponsabilidad histórica que tendrá efectos gravísimos sobre el autogobierno y es de temer que sobre la convivencia de Catalunya. Con la falsa dicotomía entre la legalidad constitucional y estatuaria y legitimidad política, el independentismo ha embarcado a Catalunya en una travesía que vulnera el ordenamiento legal vigente sin contar ni siquiera con la legitimidad de un masivo apoyo popular. Sin necesidad de recurrir a los datos del 1-O (es obvio desde el mismo día de su celebración que el referéndum no cumplió ninguna garantía democrática y que, por tanto, no puede ser aval de ninguna decisión política), el bloque independentista mayoritario en escaños en el Parlament no representa ni a la mitad de los catalanes. Con estos mimbres es con los que hoy Puigdemont podría anunciar la independencia sin ningún apoyo internacional ni forma de hacerla efectiva. En caso de que el president dé este salto al vacío, es obligación de EL PERIÓDICO decir con firmeza y serenidad: no en nuestro nombre.»
Y aquí una parte del editorial de La Vanguardia, titulado La hora de la verdad:
Aventurarse hacia la independencia con una mayoría insuficiente, como hizo el Govern, fue un error. Aventurarse, como hizo después, saltándose las leyes, ha sido un error mayor. De poco vale denunciar las omisiones o los excesos del contrario para justificar errores propios de tal calibre. No se puede recurrir al patriotismo para justificar una decisión que dañará a la patria; que causará estropicios –ya los ha causado– en el conjunto de la sociedad, en las infinitas ramificaciones de la actividad económica y en la imagen exterior del país.
¿En qué apacible rincón del presupuesto pastabais cuando Artur Mas dilapidaba la convivencia entre los ciudadanos, adoctrinaba a los niños en las escuelas e incumplía flagrantemente la ley promoviendo consultas de cartón-piedra? Y cuando una presentadora de la TV3 quemaba un ejemplar de la Constitución española, ¿dónde estabais queridos?
Las portadas de hoy hubieran hecho falta hace cinco años.