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Hoy en la radio hablamos del cajón de sastre. Es una estrategia que se utiliza para camuflar un escándalo en medio de otros hechos también relevantes, de tal manera que la polémica inicial aparezca diluida en una causa general.

Por ejemplo, cuando desintegras un caso concreto de corrupción en una causa general por la falta de integridad de la clase política.

Hoy es un buen día para hablar de esta técnica.

¿Qué emisora la habrá utilizado?

Pasen y escuchen.

La Guardia Civil ha encontrado “cero mensajes” en el móvil del fiscal general del Estado en los días de la filtración sobre el novio de Ayuso. No es que no tuviera mensajes sobre el caso, es que la UCO no ha localizado ningún mensaje de ningún tipo. Debe ser el único individuo de Occidente al que le pasa eso.

Obviamente, los periódicos de hoy reflejaban la única explicación posible: alguien ha borrado esos mensajes.

«Más sospechoso que el Cluedo». Esa es la interpretación que ha hecho Alsina esta mañana en su monólogo de Onda Cero. LLama la atención el director de Más de Uno de lo extraño que es el hecho de «que la fiscalía trabaja para el investigado». Y añade: «Bueno, el investigado es el jefe de la fiscal que lleva el caso y esta sostiene que aquí no hay caso». Y tras repasar las posibles hipótesis y lamentar que el Gobierno se haya apresurado a solventar el caso avalando la honradez del Álvaro García Ortiz, Alsina denuncia: «Para Óscar López, el fiscal general es un colega, el delegado del Gobierno en la fiscalía».

En Herrera en Cope, hoy con Sergio Barbosa, se ha puesto el foco en la sorprendente interpretación que ha hecho del caso Pedro Sánchez, que «ha hecho un ejercicio de cinismo y de hipocresía nivel épico para decir que si no hay mensajes en el móvil del fiscal, es que no hay pruebas”. Y coincidía el comunicador en la única línea interpretativa que parece razonable: «La comparecencia de Sánchez ha sido tan inaudita como el hecho de que García Ortiz estuviera utilizando su móvil mientras se registraba su despacho como imputado».

Así que Cope y Onda Cero no han abierto hoy el cajón de sastre. Quien lo ha hecho es Josep Cuní en Las Mañanas de RNE. Ha reconocido que esta es «una mala semana para el Gobierno», pero a continuación ha mezclado en el relato el informe de la UCO sobre el Fiscal General del Estado, lo del móvil de Lobato, la votación sobre impuestos que perdió ayer el Gobierno en el Congreso y el Caso Begoña; y todo enmarcado en una extraña alusión a cómo las nuevas tecnologías son utilizadas como arma política. Como para encontrar los calcetines en semejante cajón.

Mientras, en la SER, afrontan directamente el caso del informe de la UCO sobre Álvaro Ortiz. Con una interpretación calcada a la del presidente del Gobierno. Una forma de verlo que a mí me parece imposible; pero al menos no han tratado de hacer como que esto esera una pieza más de un puzzle mayor sobre no sé qué conspiración tecnológica. Según la directora de Hoy por Hoy, «la UCO no ha encontrado ningún mensaje en el móvil del fiscal». Y añadía Ángels Barceló la explicación oficial: «García Ortiz borró todos los mensajes porque, según la Fiscalía, hay una instricción interna que obliga a ir eliminando los mensajes». Como si los mensajes no fueran en doble dirección y no quedara registro en los móviles de destino.

Sí se ha encontrado el correo electrónico con el escrito del novio de Ayuso, pero Barceló pone el foco en la hora para concluir: «Cuando el Fiscal General recibió el mail, hacía ya 21 monutos que la SER les había contado que era el novio de Ayuso el que reconocía sus delitos y pedía un pacto a la Fiscalía», una información que, según la emisora, «desmentía el bulo que había salido de la Puerta del Sol y que pretendía hacer creer que era la Fiscalía la que ofrecía un pacto».